Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Del final de Edén, el ritmo

1/9/17 | |

EL RITMO

Todo es un ritmo,
desde el cerrarse
de una puerta hasta el abrirse
de una ventana.

las estaciones, la luz
del sol, la luna,
los océanos, el crecimiento
de las cosas,

la mente de los hombres,
íntima, que vuelve a ellos
otra vez,
creyendo que el final

no es el final, que vuelve
atrás el tiempo,
ellos muertos pero
con alguien por llegar.

Si estoy muerto en la muerte,
en la vida también
me muero, me muero...
Y las mujeres lloran y se mueren.

Los chicos crecen
hasta ser solo viejos.
El pasto se seca,
la potencia se va.

Pero se encuentra con otra
que vuelve, oh no la mía,
no la mía, y
a su tiempo se muere.

El ritmo que se proyecta
desde sí mismo continúa
doblegándolo todo con su fuerza
de la ventana a la puerta
del techo al piso,
luz al abrirse,
oscuridad al cerrarse.

Robert CREELEY.