Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Estábamos los dos solos

12/3/17 | |

Lluvia, cero ganas de salir, nada de visitas. Un recomendado para este clima: Elizabeth, un cuento de Kjell Askildsen, incluido en Los perros de Tesalónica. Leer, aquí.